miércoles, abril 22, 2009

LA CANGREJA AMERICANA.


Ayer tuve clase de inglés, como todos los miércoles del calendario escolar.
Llegué sin pena ni gloria. Nada parecía poder perturbar la calma que me invadia. Paz absoluta, sin agitaciones interiores. Superhappy.
El profesor tuvo la brillante idea de hacernos escribir una redacción donde teníamos que contar una historia, con sus personajes, el lugar donde sucede, un argumento, una organización, lo lógico y normal. La condición era que la última frase de la historia tenía que ser:"esa fue la última vez que miré sus ojos". Aquí empezó la pesadilla, se terminó la tranquilidad. El folio en blanco sobre la mesa, el tiempo pasando...allí estaba yo que en mi normalidad tengo exceso de pensamientos, y de repente, me encontraba vacía de ellos, sólo me venían desgracias a la cabeza y ganas de llorar de pensarlas, claro. Mi imaginación, mi facilidad para inventar, mi entusiasmo por escribir, todo estaba desaparecido, mente en blanco, pero por completo. No era capaz de encontrar una historia para ese final y mucho menos en inglés. Sin querer, me iba a lo que viví la semana pasada, a la despedida definitiva porque la frasecita se las traía. El papel seguía en blanco y parecía que me observaba fijamente, me daba hasta miedo. El tiempo, amenazador, pasaba como si contara más rápido de lo normal, el aire cargado, el profe que me miraba y finalmente decidió acercarse para ver que problema tenía con tanto suspiro, ¿y cómo le explico todo eso?¡y en inglés!, me quedo muda..."mire usted es que... no me siento inspirada", y mi propia excusa absurda me hizo reir, pero la verdad es que estaba plof recordando unos ojos que no volveré a ver.

Miraba y remiraba el papel que tenía sobre la mesa y que reclamaba palabras de relleno. Nada peor que te hagan escribir cuando no hay nada que contar y menos que inventar. Es algo parecido a que te hagan hacer el pino con las manos esposadas, casi imposible. En español aún hubiera podido hacer algún remiendo pero en inglés y en ese preciso momento...
Me inventé al final una historia sin sentido:

Protagonista: Yo(la frase final está en primera persona).

Coprotagonista: Un camarero indonesio que me lo saqué de debajo de la manga y a quien le coloqué de nombre Anil, vete tu a saber porqué.

Lugar: Tropecientos. Empecé en Singapur, seguí por Malasia, después Indonesia y concretamente Bintan y Borneo, popurrí mental. Después quería saltar a Europa pero me frené en seco que el cacao maravillao que había colocado ya era más que suficiente.

Idioma: Yo Tarzán, tu Jane. Inglés a lo indio, nueva modalidad.

Argumento: Sin sentido. Me siento incapaz de volver a explicar la historia absurda que escribí. Ni pies, ni cabeza, ni cuerpo siquiera.

Organización: Cero patatero. Batiburrillo general.

A todo esto pon los verbos como toca, dudas generalizadas, vocabulario ausente y si me faltaba una palabra ya no podía escribir la frase que quería porque, lo dicho, estaba en blanco, me pasan unas cosas rarísimas...

Ponía, quitaba, reescribía lo mismo que había borrado a falta de algo mejor, volvía a tachar, me acordaba del tippex que habia olvidado en casa...

Me dió la risa tonta, me reía porque los pájaros de la cabeza se habían largado a tomar el viento fresco y de repente me sentía como un cangrejo y encima americano. Salí de clase extrañada de los lapsus que tiene el cerebro, que no se le puede obligar, tiene que fluir, ser libre e inventar cuando lo necesite para sobrevivir a la realidad.
Mi papel al final se quedó lleno de palabras sin contenido alguno, pero palabras al fin y al cabo, lo que me pedían.

Total, que con el inglés en vez de ir hacía adelante voy hacía atrás. Es curioso que hay días que hablo de carrerilla y me sorprendo a mi misma con mis progresos, sin embargo, otros me quedó K.O., como ayer. Hablo lo que yo denomino inglés intermitente, sin ir más lejos, ahora si, ahora no. Sin contar que pronuncio como me da la gana y no hay nativo que me entienda, frustración absoluta.

Por último, para rematar, vino mi Pedro a decirme que no me esfuerzo lo suficiente. ¿Yo que vivo enganchada al hot magazine y al vaughan english chanel?, no, no, eso si que no..., no es eso, es que no está bien ni es justo que se borre lo aprendido de repente y que me espanten a los pájaros mentales con una frase final semejante para una historia que a día de hoy todavía no se escribir.

PD: Le dedico este post a Vincent que al final es el protagonista por haberlo inspirado inconscientemente.

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